mañana

ruido de párpados

despega la mañana

entra luz

hasta el rincón

donde duermen las arañas

las paredes caen

hasta el suelo

vestidas de papel

las nubes de afuera

se posan en calma

a observarme

entre los dientes

un resto del último sueño

asoma su timidez

llega el aire

que cruje entre las grietas

de la puerta

algo late

mientras miro el árbol quieto

en el jardín

encuentro

las manos de la mañana
acunan la isla
que encierra el signo del amor

y estalla en perlas
la noche espejada
en las aguas mansas

y se quiebra el universo
en mil partículas
que son hombres

Mordiscos

este es tu cuerpo
paisaje de una sombra rota

afilando sus ruinas
tallándose en dos o tres palabras
tu cuerpo
y también
los escombros de la tarde

este es el hombre lobo
embalsamado en una película de esperma

contagia su rabia
a su sonrisa de dientes simétricos
lobo, lobito
colmillos
gotean pelos y lenguas y gritos

este es el niño
quieto en la ventana de 1986

corriendo las cortinas
asoma la nariz fría
bichito
traga
un pedazo de tarde sin morder

irse

el viento tiene dos partes

es animal

es vegetal

es mineral

rompe el deseo y se abre

en una orbita

láctea

clara

inmensa

no sabe que las cosas se van

ni por qué tendrían que quedarse

las cosas existen si estás desprevenida



mientras
abre
cuidadosa
cenizas
extendidas
en el calor
de su
desértica
sábana
reposa vacía
una pequeña
débil
boca
desnuda
sobre su
humedad

la lluvia no dice que no es inocente

doble



yo no conozco una forma de decir
un qué
dice
todo

y dónde
estaba el silencio un umbral de mi
apacigua
los irreversibles contornos
rasgados

(siempre en lugar de mi)

con lo que fui,
una máscara
esquizoide

1

miento
no creo
hacer gran cosa
no se
mentir tal vez si

creer tal vez no

2

como si ellas fueran
diciendo
me
caigo no puedo
sostener
me
quiebro

las palabras desparraman
su traición

3

las cosas existen si estas desprevenida